CONSTELACIONES

ASTROPOEMAS
Fugaz
La eterna noche transita fiada
convencida de su reino sin final,
las nubes han despojado el aliento
ya nadie al cielo quiere mirar.
Inesperada irrumpe la calma
una llama a lo lejos resplandeciente
pomposa anuncia el reino del alba
por ella toda la tierra se resiente.
De su luz poco el mundo vería
habría a otro cielo de partir
quizá a destellar de alegría
frente a otro que va a sucumbir.
Fugaz dimitió al trono la noche,
porque el deseo olvidaste cumplir.
Me Tuviste
(Gabriela Mistral)
Duérmete, mi niño,
duérmete sonriendo,
que es la ronda de astros
quien te va meciendo.
Gozaste la luz
y fuiste feliz.
Todo bien tuviste
al tenerme a mí.
Duérmete, mi niño,
duérmete sonriendo,
que es la Tierra amante
quien te va meciendo.
Miraste la ardiente
rosa carmesí.
Estrechaste al mundo:
me estrechaste a mí.
Duérmete, mi niño,
duérmete sonriendo,
que es Dios en la sombra
el que va meciendo.
Nébula de Orión
(Alejandra P. Rodríguez Espinosa)
Ahí donde comienza el canto nocturno,
se ausculta el soplo inerte de una esfera celeste,
que teje ilusiones desde el Templo de Hator de Dendera
con el vuelo del Fénix en el péndulo de Horologium
mientras deshilacha la cordura de aquellas musas viejas.
¿Dónde estás? ¿A cuál cosmo paralelo arribaste?
si de la distancia inequívoca de un deseo
solo distingo lunetas incrustadas en aquel pavimento,
como un río pedregoso que devuelve la Nakshatra de vuestros ojos.
En clave Morse de mi reflejo intento preguntaros algo,
como quién sos y colocarle nombre a vuestra estela,
parecido a un Emu en el cielo, entre las nebulosas de mi pensamiento,
imagino y muero al deslizar mis dedos por vuestro rostro en el universo





